Psicología del miedo: por qué nos gustan las historias de miedo
Octubre es un mes en el que las sombras se alargan y el velo entre la imaginación y la realidad se hace más fino. Las casas encantadas resuenan con risas nerviosas, las historias de fantasmas surgen de las hogueras y las películas de terror nos ponen al borde del asiento. Pero bajo las máscaras y los monstruos se esconde una verdad fascinante: el miedo nos atrae. ¿Por qué? Porque el miedo, en la dosis adecuada, no sólo es emocionante, sino profundamente humano.
Miedo: de la supervivencia a la narración de historias
El miedo es uno de los instintos más antiguos de la humanidad. Agudizaba los sentidos de nuestros antepasados cuando los depredadores acechaban en la oscuridad o cuando peligros desconocidos crepitaban entre la maleza. Pero con el florecimiento del lenguaje y la imaginación, los humanos no sólo siente miedo, contábamos historias sobre ello. Los mitos, las leyendas y los cuentos de fantasmas se convirtieron en una forma de compartir advertencias, explicar misterios y conectar a las comunidades. En cierto modo, las historias de miedo eran campos de entrenamiento para el valor, ensayos que nos preparaban para los retos de la vida real.
Una fascinación universal
Cada cultura tiene sus propias historias de espíritus, monstruos y el más allá.
- En México, Día de los Muertos transforma el miedo a la muerte en recuerdo, honrando a los antepasados con altares, flores y celebraciones.
- En Japón, las historias de yūrei (espíritus inquietos) exploran temas de justicia, duelo y asuntos pendientes.
- En Irlanda, la antigua Samhain El objetivo de estas tradiciones -encender hogueras y disfrazarse- era proteger a la gente de los espíritus errantes en el cambio de año.
Aunque los detalles difieren, el impulso es el mismo: el miedo se convierte en una forma de enfrentarse a la pérdida, el misterio y lo desconocido. Estas prácticas culturales nos recuerdan que el miedo no sólo divide, sino que nos une a través de rituales y significados compartidos.
La ciencia de un buen susto
¿Qué ocurre cuando buscamos el miedo? Ya sea una novela de terror, un laberinto de maíz encantado o una historia de fantasmas susurrada, nuestro cerebro reacciona de forma predecible. El cuerpo se inunda de adrenalina, el corazón late con fuerza y los sentidos se agudizan.
Pero cuando sabemos que estamos a salvo, esa oleada se vuelve estimulante en lugar de abrumadora. Es la paradoja del miedo: nuestros cuerpos actúan como si estuviéramos en peligro, mientras que nuestras mentes saben que no lo estamos. Esa tensión crea una emoción que muchos de nosotros ansiamos.
El miedo como fuerza vinculante
Las historias de miedo no sólo nos emocionan: nos conectan. Piensa en amigos abrazados en una casa encantada o en las risas que siguen a un susto. El miedo, cuando se comparte, libera oxitocina, la "hormona de la unión", que aumenta la confianza y la conexión. En todo el mundo, las comunidades han utilizado durante mucho tiempo historias compartidas de espíritus y sombras no sólo para enseñar lecciones, sino también para reforzar la pertenencia.
Cuando el miedo se convierte en sombra
Aun así, es importante tener en cuenta que no todo el miedo es divertido. Para algunos, el mismo subidón de adrenalina puede despertar ansiedades más profundas o resucitar recuerdos difíciles. El miedo se convierte en ansiedad cuando se prolonga demasiado, cuando interrumpe el sueño, alimenta la preocupación o nos impide vivir plenamente. En esos momentos, las prácticas de enraizamiento, como la respiración lenta, la reconexión con el presente o la búsqueda de apoyo, pueden ayudarnos a encontrar el equilibrio. Como siempre, Building Hope está aquí para ayudarte si lo necesitas.
Abrazar el misterio
En el fondo, nuestro amor por las historias de miedo dice algo hermoso sobre el espíritu humano: estamos dispuestos a enfrentarnos a lo desconocido. El miedo nos ofrece una forma segura de coquetear con los mayores misterios de la vida -la muerte, la oscuridad, el más allá- sin que nos engullan. A través de las culturas y los siglos, las historias de fantasmas nos recuerdan que lo que tememos también puede inspirar asombro, creatividad y conexión.
Una relación sana con el miedo
El miedo no es el enemigo; es un mensajero. En dosis saludables, despierta el entusiasmo, estrecha los lazos e incluso nos ayuda a ser más resistentes. En exceso, puede agobiarnos. Lo que importa es darse cuenta de cómo aparece el miedo en tu vida y elegir relacionarte con él de forma que te aporte curiosidad, conexión y sentido.
En Building Hope, creemos que incluso las emociones "espeluznantes" tienen sabiduría que compartir. Este octubre, tanto si te enfrentas a casas encantadas como si las evitas por completo, recuerda: el miedo es más que una sacudida en la oscuridad. Forma parte de lo que nos hace humanos y, cuando se afronta con conciencia, puede conducir no sólo a la supervivencia, sino a la esperanza, el valor y la conexión.
Artículo de Nadia Borovich, Coordinadora de Bienestar Comunitario de Building Hope Summit County. Si tienes una historia que compartir, ponte en contacto con ella en nadia@buildinghopesummit.org.



